Silvia Ventura

¿Mi lenguaje? El lenguaje.
Mi deseo es contar una historia. La mía o la del otro. La que tenga que ser es la que quiero contar. Conectar. Depende de la historia, de mí, del otro.
Capa a capa la obra se va construyendo. No hay un plan inicial, solo un concepto, una búsqueda, una imagen, una forma. El azar, el accidente. Un texto como cimiento. No sé como sigue. Es el desafío. Entre cada capa pensar, sentir, experimentar. Y hacer.
El gesto de la escritura está siempre presente. Asémica o con contenido semántico. A la vista o escondida debajo de la imagen, camuflada. Un trazo simple, un grafismo, una frase. Vengo de la palabra, de la redacción. Es arte, la misma esencia, solo cambia el lenguaje. “Poesía muda o pintura ciega…”. Esto ya se dijo, o se escribió. Y es un credo para mí. La poesía visual acomoda todo mi trabajo. Hasta el título tiene peso, importa. Es otra capa de significado.
En lo cotidiano encuentro los mejores disparadores. Las ideas y la motivación surgen en una caminata, de una lectura o de una charla, de lo que escuché o me contaron, de la historia que me regalan o de esa historia que está germinado. Del simple transcurrir. Intento estar siempre atenta. Una textura, una luz, una palabra, son suficientes para poner a andar esa pulsión que le pone alma y vida al acto creativo. La obra se deja entramar como en un tejido fértil. Y desde esa fertilidad cuento una historia. En algún lenguaje.